sábado, 24 de octubre de 2009

Naces... Nacíste

En un mundo donde no te puedes expresar libremente.
Naces en un mundo donde la paz no existe, la guerra es el peligro constante;
la muerte, resignación, y la vida es miseria, dolor, es todo esto junto.


Naces en un mundo donde la libertad no existe, es el sueño constante;
la búsqueda de distintas formas de expresarla; y lo más común es buscarla por siempre. Revoluciones, libre expresión, protestas; distintos modos de que esa búsqueda se haga realidad, se convierta en posible.


Naces en un mundo donde la felicidad no existe, donde se creó una palabra,
esa palabra que paradógicamente pretende serlo todo, a pesar de no existir todo;
donde ésta es símbolo de perfección, todo lo bueno sin una misera cantidad de lo malo.


Naces en un mundo, donde es normal que surgan preguntas, variadas y estrafalarias,
pero que al final pretenden explicar todo tipo de cosas que más de una persona no entiende.


Y al parecer la primera pregunta impulsada por el ser humano y que cambió gran parte del curso de las cosas fue...
¿Quien creó este extraño lugar donde estoy parado, donde vivo mi día a día?
¿Y cuál fue la respuesta?

Dios. Ser omnipotente, presente en todo lugar del mundo, del universo, de tu mente... una deidad buena en todo aspecto... la expresión de la perfección neta.
Es extraño pensar que eso, esas cosas que en la actualidad son tan poco creíbles existan sin refutación, sin una pisca de duda... o al menos en la mayoría.

Al final de cuentas naces en un mundo dominado por la religión, Dios, la biblia.
Cosas que nacen en un principio de la inseguridad humana, debilidad,
cobardía por afrontar los problemas sin la ayuda de nadie,
si no tan sólo de nuestro poder interno, poder que nos hace salir adelante y superar obstáculos, capacidades que por la dependencia a este "ser", se nos olvidan.
La mente logra tantas cosas, la razón tanto, que mejor forma de comprobarlo que esto.

La biblia, un libro, tan sólo eso puede crear conceptos tan importantes, hacer tantas cosas, ejercer tanta influencia.
Como lo son El Bien y El Mal.
Quizás en la desesperación de la multitud, en su angustia, crearon la biblia, para diferenciar lo bueno de lo malo y viceversa,
quizás fue escrita para sembrar esperanza, devolver seguridad o quizás para restaurar o estabilizar el planeta.
Esto o lo otro nunca lo sabremos.

Sin embargo, si suponemos que fue hecha con este propósito,
¿No será el principal causante el quitarnos libertad?
Porque después de todo es esta sinónimo de desorden.
Pero ¿Es acaso el desorden algo malo?
¿Por qué, si siempre se ha pretendido libertad, se crea algo que provoca lo contrario?

Naces en un mundo donde te quitan la libertad desde que naces, desde ese mismo instante estás siendo absorvido, cada día un poco más.
Te enseñan a cómo vivir lo mejor posible sin libertad, cómo aceptar que no existe y que no puedes hacer nada por remediarlo, de lo contrario el sistema se detiene, el caos inunda la ciudad... y que terrible.
A medida que creces no te das cuenta de su importancia, y te adaptas cuando ni siquiera estás capacitado.


¿Y si intentas ser libre, que sucede si lo intentas?


Te reprimen, te jusgan, de algún modo a pesar de la indagación de ésta no pueden aceptar que lo intentes, es un caso perdido.
Te quitan tus sueños, no puedes ser libre netamente, o por lo menos,
no en este mundo, donde la perfección es perfecta,
porque a algún estúpido ser se le ocurrió inventar palabras perfectas pero poco probables.
Y
¿Que es perfección, existe realmente o es sólo un término como todos los del diccionario?
¿Para qué inventar tantas cosas imposibles?
¿Es o era necesario?
Sin embargo, ¿Cómo responder ésto?
, la adaptación a este mundo, dónde sabes que es imposible que estas cosas ocurran,
hace que lo aceptes de tal modo que ya no tienes ni el mínimo interés de luchar por lo contrario, deben pensar
¿Por qué perder el tiempo en algo irremediable?

De hecho... ¿Por qué perder el tiempo escribiendo y leyendo ésto?

sábado, 17 de octubre de 2009

El final de todo...


Caminas por las calles disminuidas ante ti.
La soledad te persigue, la provocas, gustas de ella;

c
cada ves sientes más, más, más.
Sientes cada instante
omo el último.
El ambiente se vuelve bizarro, oscuro.
Una niebla te envuelve, casi imperceptible;
Tragas saliba y sigues.


Del cielo caen partículas, húmedas partículas;
observas con tus pupilas dilatadas, la magia de las gotas.

absorbes aquella magia, y te comienza a suceder;

copias, reaccionas ante extasiado ambiente

Y tus ojos brillan, tu iris se cristaliza.
La magia te inunda y expiras partículas resplandecientes,
mojadas, y a la vez con sabor a satisfacción;
sin embargo tienen otro aroma, tristeza, desamor, e incluso muerte.

Sigues en tu viaje y llegas a un punto
donde la lluvia, tú lluvia y la niebla provocada

se te pega a los huesos y músculos,
no te suelta.
Eres presa de tu éxtasis interno
Tal éxtasis te domina y te hace ir mas allá.


El lugar que antes sería cerrado,
se transforma en liberación.
Ese lugar despreciado,
se convierte en comprensión.
Lugar desierto, lugar oscuro
Lugar secreto, lugar conjuro.
Conjuras la magia de la muerte,
lo que te convierte.
El callejón cada vez es menor;
cerrando sus puertas ante el horror.
convirtiendo sus calles en mares,
atrapando tus carnes.
El mar sacrílego te ensucia.

Sentimientos encontrados te liberan;
Sentimientos separados te aprisionan.

El dolor no existe,la sanación tampoco.
La fuerza es mínima, la debilidad casi nula.


Ante ti todo comienza a difuminarse;

la brisa del mar, las partículas brillantes,
la niebla rebosante.

y desaparece, y desaparece, al final todo, desaparece.